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El Renacimiento del Cristianismo Liberal

Actualizado: 28 oct 2023


Desde sus comienzos, el cristianismo siempre ha enfrentado diferentes niveles de resistencia y persecución. Hoy día, cuando pensamos en la persecución, es común asociarla con personas no-cristianas que, por alguna razón, quieren destruir al cristianismo. Sin embargo, la persecución nunca ha resultado en la destrucción del cristianismo. Al contrario, en algunos países en donde existe la mayor persecución religiosa es donde estamos viendo el mayor aumento de cristianos. En el libro de Hechos nos encontramos con una situación similar. Los primeros cristianos fueron arrestados y perseguidos (Hechos 4, por ejemplo), más sin embargo el número de cristianos aumentaba (Hechos 6:7).


Aunque muchos piensan que el mayor peligro hacia el cristianismo es externo, en realidad el mayor peligro existe dentro de la misma iglesia. Y, esto siempre ha sido el caso. Noten como Pablo, por ejemplo, ve necesario defender la verdad de la Resurrección, no porque los no-creyentes dudaban, sino porque personas dentro de la misma iglesia dudaban (1 Corintios 15). En el verso 12 nos dice, “Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?” (énfasis, mío). Pablo no les está hablando a no-creyentes; les está hablando a creyentes ("vosotros;" los cristianos de la iglesia de Corinto) que estaban diciendo que Cristo no resucitó.


El peligro que existe dentro de la iglesia ha sido una de mis advertencias principales durante los últimos años, en particular sobre el cristianismo progresista; una advertencia que continúa siendo ignorado por la mayoría. Pero, hoy les quiero hablar sobre otro peligro, el cual no es nuevo, pero que he notado que está teniendo un nuevo resurgir en la iglesia, en especial en el mundo académico como los seminarios teológicos de ciertas denominaciones. Y, aunque le voy a poner un nombre (cristianismo liberal), en realidad son muy pocos los que se identifican con ese nombre. El problema que estoy notando con este movimiento es que muchos cristianos están aceptando ideas que nacen del cristianismo liberal, y las están mezclando con doctrinas y verdades bíblicas ortodoxas. En otras palabras, muchos están mezclando la verdad con la mentira, sin darse cuenta (o en algunos casos, a pesar de que se dan cuenta) de que estas ideas atentan contra el mismo cristianismo que buscan afirmar.


A raíz de esto, el cristianismo poco a poco se está transformando en una sombra de lo que era, y un día nos vamos a despertar con un cristianismo irreconocible. Y, en mi opinión, esta nueva versión del cristianismo no sirve para ofrecer aquello el cual fue creado para ofrecer: el evangelio de salvación. Pero, como también sirve para otros fines (nos hace sentir bien, por ejemplo), muchos no ven esto como algo malo. Mi intención con este escrito es responder a algunos puntos principales que afirma el cristianismo liberal, demostrando cómo estos puntos son contrarios a la sana doctrina, y cómo atentan contra la verdad de Dios, con la esperanza de que despertemos y nos demos cuenta de lo que está ocurriendo bajo nuestras propias narices. Comencemos con una definición.


¿Qué es el Cristianismo Liberal?


El cristianismo liberal nace en respuesta al periodo de la Iluminación, el cual comenzó en el siglo 17. Este periodo fue definido como un despertar intelectual, principalmente en Europa, en el cual la sociedad deshizo de la autoridad religiosa y buscó responder a los problemas del mundo con el uso de la razón. Fue un periodo lleno de mucho optimismo, centrado en la filosofía y en la idea de que el ser humano es bueno por naturaleza, pero terminó siendo un fracaso total en el sentido de que al final tuvimos el siglo más sangriento en la historia (siglo 20), demostrando que la Iluminación no había funcionado. A pesar de tener todos los recursos intelectuales para ponerle fin a la guerra, por alguna razón el ser humano insiste en la violencia y la crueldad, demostrando que debe de haber otra razón, más allá del intelecto. Y, si la raíz del problema no reside en el intelecto, la solución tampoco puede estar ahí.


Sin embargo, a pesar de su fracaso, el periodo de la Iluminación tuvo muchas influencias que persisten hasta el día de hoy, algunas buenas y otras no tan buenas. Uno de los productos de este periodo fue el despertar de un mayor interés intelectual en la sociedad occidental en general. La idea de que toda creencia debe de ser justificada intelectual o científicamente, por ejemplo, nace de este periodo. De aquí también nace la idea de que no debemos de aceptar nada por autoridad (sin evidencia), lo cual tiene muchas implicaciones para la religión en general, y el cristianismo en particular. El cristianismo liberal, entonces, nace de este cambio social, e intenta responder a este elemento intelectual y a esta exigencia científica, buscando apelar a ellos.


Con sus comienzos en el siglo 18, el cristianismo liberal busca estudiar la Palabra a través de un lente puramente académico (intelectual o científico). De aquí nace, por ejemplo, lo que hoy día se conoce como la Crítica Bíblica; un análisis crítico de la Biblia que busca descubrir cómo la Biblia se formó. Esto incluye el estudio de los diferentes géneros literarios de la Biblia, el contexto cultural en el cual los diferentes libros fueron escritos, etc.


La Crítica Bíblica nos ha ayudado mucho a poder entender mejor a la Biblia, entendiendo mejor su mensaje y sus enseñanzas. Pero, el extremo al cual algunos lo llevan es donde se encuentra el peligro. El cristianismo liberal es uno de estos grupos que llevan este análisis de la Biblia a ese extremo peligroso, y por tal razón mantengo que es un peligro para el cristianismo. Disfraza su intento de destruir la autoridad de Dios y de la Biblia detrás de un lente intelectual, excusando sus ataques como meras búsquedas de la verdad. No nos dejemos engañar.


Algunas características del cristianismo liberal son:


1) La afirmación de la ciencia como el método principal para adquirir conocimiento. Esto incluye una afirmación plena de la teoría de la evolución, entre otras cosas.


2) La afirmación de que la Biblia no debe de ser interpretada literalmente.


3) La afirmación de que la Biblia contiene errores y contradicciones.


4) La afirmación de que el propósito principal del evangelio es la reformación social.


Estaré abundando en algunas de estas afirmaciones, pero es importante entender que no todo cristiano liberal afirma todo punto del cristianismo liberal, y el mero hecho de que tú afirmes alguno de estos puntos no te hace un cristiano liberal. Lo que distingue al cristiano liberal es su énfasis en un análisis crítico (usualmente negativo) de la Biblia, su rechazo de la autoridad religiosa, y su rechazo de la infalibilidad de la Biblia, pero su insistencia en que siguen siendo cristianos. A raíz de esto nacen ciertas interpretaciones bíblicas y ciertas afirmaciones teológicas que, como he mencionado varias veces, atentan contra la sana doctrina, el evangelio de salvación, y el cristianismo en general. Veamos, ahora, cuales son algunas de estas enseñanzas.


Moisés No Escribió la Torá


Una de las alegaciones de la Crítica Bíblica es que la Torá (los primeros 5 libros del antiguo testamento) en realidad fue escrita por varios autores distintos. No se sabe quiénes fueron estos autores, pero usualmente se identifican como “J” (yahvista), “E” (elohista), “D” (deuteronómica), y “P” (sacerdotal), y cada autor es separado por cientos de años. Esta postura es conocida como la Hipótesis Documental. No hay espacio aquí para explicar y responder a esta hipótesis, pero en resumen la alegación es que diferencias en énfasis teológico, lenguaje, y estilo literario demuestran que la Torá no pudo haber sido el producto de un solo autor. Por ejemplo, el autor “J” tiende a llamarle a Dios “Jehová,” mientras que “E” tiende a llamarle “Elohim.” El autor “D” se enfoca en aspectos legales, mientras que “P” se enfoca en aspectos sacerdotales o rituales.


La realidad del caso es que existen otras posibles explicaciones para estas supuestas diferencias que armonizan mejor con el resto de la Biblia, pero los académicos críticos no los toman en cuenta, demostrando que su intención no es simplemente encontrar la verdad, sino que es otra. Por ejemplo, cualquiera que ha ido a un culto cristiano seguramente ha notado que a veces le llamamos a Dios de diferentes formas (Dios, Jehová, Señor, Padre, etc.). Muchas veces usamos diferentes nombres para enfatizar distintos aspectos de Su carácter. Esto no implica que somos personas distintas cada vez que usamos un nombre distinto para Dios. También es perfectamente normal que una persona, a lo largo de los años, cambie su forma de hablar o escribir, especialmente si se experimenta situaciones significativas en la vida como las descritas en la Torá (Pasaron por lo menos 40 años entre el llamado inicial de Moisés, y su muerte. Una persona no es la misma que fue hace 40 años atrás. Por lo tanto, es de esperarse que su forma de escribir cambie con el tiempo). Sin embargo, para el crítico, estas no son explicaciones viables. El que las afirma, según ellos, es un mero ignorante que necesita aprender más sobre la literatura bíblica.


La Hipótesis Documental fue sumamente popular en el siglo 20, aceptada casi universalmente por los expertos académicos, pero hoy día ya no es una postura muy aceptada. Se han demostrado muchos problemas con esta manera de analizar al texto bíblico (por ejemplo, a veces una sola oración parece haber sido escrita por múltiples autores debido al uso de los diferentes nombres de Dios, lo cual es absurdo considerando que estos supuestos autores vivieron en siglos distintos), y hoy día no existe ningún consenso sobre la autoría de la Torá, fuera de que la Hipótesis Documental no es correcta. Sin embargo, a pesar de esto, esta es la postura que se sigue enseñando en el ámbito académico, y es la postura oficial de muchos cristianos a nivel seminario. A raíz de esto, es bastante común en la iglesia, hoy día, rechazar la autoría mosaica de la Torá.


Una de las razones por la cual se rechaza la autoría mosaica es porque Deuteronomio 34:5-8 habla sobre la muerte de Moisés. “Imposible,” dicen los críticos, “que Moisés escribiera sobre su propia muerte. Nadie puede hacer eso.” Aquí vemos varios problemas, uno de ellos siendo el hecho de que, al hacer este argumento, están actuando como si fuera imposible que Dios le revelara algo sobre su futura muerte a Moisés. Decir que es imposible que Moisés escribiera sobre su muerte, entonces, es negar la posibilidad de la profecía. Segundo, no hay ningún problema con decir que ciertas partes de la Torá fueron añadidas o editadas, después. Decir que Moisés escribió la Torá no es decir que cada palabra salió de sus manos. Es perfectamente aceptable decir que algunas partes fueron recopilaciones de escritos anteriores, o que fueron editadas o añadidas, luego. La autoría mosaica lo que afirma es simplemente que Moisés fue el autor y editor principal de estos libros. No hay razón para rechazar la autoría mosaica simplemente porque hay partes que no fueron escritas directamente por él. Tomemos como ejemplo una autobiografía de alguna figura popular.


La mayoría de estas autobiografías no fueron escritas por la persona, como tal. En realidad lo que ocurre es que la persona le cuenta su historia a uno o más escritores, y ellos se encargan de escribirla y modificarla para que se escuche mejor. Luego, pasa por un proceso de edición, el cual cambia aún más el escrito original, escogiendo diferentes palabras a las que se dijeron originalmente, etc. El resultado final es la historia, en esencia, de la figura popular, pero las palabras que leemos realmente no son de su autoría directa. Sin embargo, el nombre que usualmente aparece en la portada del libro es el de la figura popular, no de quienes lo escribieron, realmente. En este caso, es correcto decir que la figura popular es el autor de su propia autobiografía, aunque sabemos que no necesariamente lo escribieron todo ellos.


No estoy diciendo que esto es lo que ocurrió con la Biblia, o con la Torá (aunque sabemos que sí ocurrió con algunos libros como las cartas de Pablo). Sólo estoy explicando lo que significa la autoría mosaica, y aclarando que esto no implica que Moisés no pudo haber recopilado historias ya-existentes en su tiempo, o que otras personas no pudieron haber hecho lo mismo con sus escritos, editando la Torá hasta llegar a su estado actual. Nada de esto es una negación de la autoría mosaica; es simplemente un mejor entendimiento de lo que esa autoría significa.

Todo esto lo digo desde una perspectiva académica, demostrando que existen otras alternativas intelectuales a la postura del cristianismo liberal. Pero, el problema principal con esta postura no es intelectual; es bíblico. Y, en realidad esto también es el problema principal del cristianismo liberal, en general. El cristiano liberal se encuentra en oposición a la misma Biblia que dice afirmar, y como resultado se encuentra destruyendo el fundamento del cristianismo al cual dice pertenecer.


En el caso de la Torá, la misma Biblia afirma la autoría de Moisés en múltiples ocasiones (Éxodo 17:14; Números 33:2; Josué 1:7-8), y utiliza comúnmente el título de “El Libro de Moisés” o “La Ley de Moisés” en referencia a ella (1 Reyes 2:3; Esdras 6:18; Daniel 9:11). El cristiano liberal, entonces, al rechazar la autoría mosaica de la Torá, no solo está rechazando la postura histórica de la iglesia, sino que está rechazando el testimonio bíblico, en general. En otras palabras, para mantener su postura, el cristiano liberal tiene que afirmar que la Biblia contiene errores, ya que afirma algo que ellos dicen que no es cierto (la autoría mosaica). Pero, esto no es lo único.


El cristiano liberal no sólo tiene que rechazar la infalibilidad de la Biblia para poder rechazar la autoría mosaica, sino que tiene que negar las mismas palabras de Jesús, o afirmar que Jesús, también, cometió errores. ¿Por qué? Porque, en más de una ocasión, Jesús también afirma la autoría mosaica (Mateo 8:4; Marcos 12:26; Lucas 24:44). Para poder rechazar la autoría mosaica, entonces, el cristiano liberal tiene que rechazar las palabras de Jesús como errores o decir que no son auténticas (que fueron inventadas por los autores de los evangelios). Lo mismo tiene que hacer con los apóstoles del nuevo testamento, y los padres de la iglesia, y la gran mayoría de los cristianos a lo largo de la historia de la iglesia, ya que todos afirman la autoría mosaica. En fin, con su postura sobre la autoría mosaica, los cristianos liberales en realidad lo que están afirmando es que todo el mundo, excepto ellos, están equivocados. Sólo ellos tienen el “conocimiento intelectual” suficiente como para “deshacer o desaprender” de estas creencias “arcaicas” que la iglesia ha mantenido por 2000 años. Esto debe de ser una luz roja para todo cristiano que me lee. Y, lo peor de todo es que, si no eres un académico con “expertise” en el hebreo original y en diferentes aspectos de estudio bíblico, tú no tienes acceso a la evidencia ni tienes la capacidad para entenderla (según ellos), y por lo tanto no puedes opinar. Solo tienes que confiar en ellos (recordemos que el cristiano liberal rechaza la autoridad como fuente de conocimiento o verdad, pero en este caso requieren que el mundo confíe en la autoridad de ellos porque son los expertos). Todo esto deberían de ser luces rojas para el cristiano que está alerto.


Lo último que diré sobre este tema es que, aún dentro del mundo académico, en años recientes ha habido un resurgir en la defensa de la autoría mosaica, utilizando los mismos criterios que usan los críticos, demostrando que es muy posible que la Torá haya sido escrita por un solo autor. Pero esto aún está en su infancia, así que el tiempo dirá lo que ocurrirá con esto. Pero, por hoy, podemos decir que el cristiano liberal claramente está atentando en contra de la autoridad y verdad de la Palabra con esta y otras posturas, aunque te digan lo contrario.


La Biblia No Es Literal


Esto es un tema muy extenso para discutir aquí, plenamente, con muchos problemas que sencillamente no tengo el tiempo para abundar. Pero, quiero aclarar algunos aspectos de esta postura que yo creo que demuestran el problema o problemas principales con ella, y responder a algunos ejemplos comunes que se usan para defenderla.

Primero, ¿qué quieren decir cuando nos dicen que la Biblia no es literal? Hace poco escuché a un defensor de esta postura decir sobre una historia en particular de la Biblia, “Yo no creo que sea literal. No es real.” He aquí el problema principal con esta postura. El significado de “literal” no significa lo que los cristianos liberales quieren decir con esa palabra. Según la RAE, “literal” significa, “conforme a la letra del texto, o al sentido exacto y propio, y no lato ni figurado, de las palabras empleadas en él.” Si yo menciono una oveja, por ejemplo, una interpretación literal de esa palabra sería que estoy hablando de un animal en particular. Pero, si yo digo que “los cristianos somos ovejas de Cristo,” claramente no estoy diciendo que nosotros somos animales. En este caso, no estoy hablando de manera literal.

Pero, noten varias cosas con este ejemplo que acabo de dar. Primero, el sentido literal o no-literal no tiene nada que ver con la verdad o falsedad de lo que estoy diciendo. Sin embargo, cuando el cristiano liberal nos dice que las historias bíblicas no son literales, no nos están queriendo decir simplemente que esas historias contienen lenguaje simbólico, alegórico, etc. Lo que nos están queriendo decir, como en el caso del defensor de esta postura que mencioné arriba, es que no son historias reales. Pero, esta dicotomía entre literal o real no es correcta porque algo puede ser literal y falso, como puede ser no-literal y cierto. Sencillamente, el concepto de "literal" no tiene nada que ver con la verdad o falsedad de las historias bíblicas. Sin embargo, cuando un cristiano liberal dice que alguna historia de la Biblia no es literal, usualmente lo que nos están queriendo decir es que no es verdad o real.


De aquí nacen interpretaciones absurdas de la Biblia ya que, si no es literal, la historia está abierta a múltiples interpretaciones sin manera de saber cuál es la correcta. Por ejemplo, algunos cristianos liberales dicen que Adán y Eva no fueron personas reales, sino que representan a la humanidad en general. Es decir, tú y yo somos Adán y Eva, y somos tentados al pecado todos los días como la serpiente tentó a Eva en Génesis 3. Esto es un ejemplo de una interpretación no-literal de Génesis. Según estas personas, el propósito principal de la Biblia no es si las historias son reales o no, sino que es el mensaje detrás de esas historias. El mensaje, según estas personas, es lo que hace que la Biblia sea Palabra de Dios, independientemente si las historias son reales o no.


Pero ¿realmente podemos hacer eso con la Biblia? ¿Hace alguna diferencia decir que Adán y Eva fueron reales o no? ¡Por supuesto que sí! Comencemos con Jesús, como cualquier cristiano debería de hacer. ¿Qué pensaba Jesús sobre Adán y Eva? Pues, en respuesta a una pregunta sobre el matrimonio, Jesús afirma la verdad histórica del relato de la Creación de Génesis 1, incluyendo la creación de Adán y Eva y su unión matrimonial (Marcos 10:5-8). Lo mismo hace con otros relatos de Génesis como la historia de Caín y Abel (Mateo 23:35), la cual afirma indirectamente la realidad de Adán y Eva (ya que Caín y Abel eran sus hijos), y el Diluvio (Mateo 24:37). Si vamos a decir que Adán y Eva no existieron, entonces, estamos nuevamente en oposición a las mismas palabras de Jesús. O, para evitar esto, tendríamos que decir que Jesús realmente nunca dijo estas palabras, lo cual pone en duda la verdad del nuevo testamento en general. El cristiano liberal no tiene problema con ninguna de estas dos opciones.


Además de esto, Lucas nos ofrece una genealogía de Jesús la cual llega hasta el mismo Adán, “Hijo de Dios” (Lucas 3:38). Si Adán y Eva no fueron personas reales, ¿qué hacemos con esta genealogía? El cristiano liberal no le queda de otra que negar su veracidad, también.


Y, ¿qué tal de la doctrina del pecado y de la salvación? ¿Funcionan sin Adán y Eva? Pues, noten lo que nos dice Pablo sobre esto: “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron...No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir” (Romanos 5:12, 14). Pablo está afirmando la realidad de Adán (y por extensión, Eva), y está tratando el relato de Génesis 1-3 como relatos históricos que nos explican de dónde sale el pecado y la muerte. Pablo, entonces, utiliza esa realidad para explicar y justificar el sacrificio de Jesús (v. 15). En otras palabras, según Pablo, sin Adán y Eva, no tenemos el pecado original, no tenemos la muerte, y el sacrificio de Jesús no tiene sentido.


Noten, también, la distinción que Pablo hace entre Adán y “todos los hombres” que también pecaron. Esto opone directamente cualquier interpretación que diga que Adán y Eva son simbólicos de la humanidad, ya que Pablo hace distinción entre Adán y el resto de la humanidad. En otras palabras, este pasaje hace claro que Adán no es la humanidad; nosotros no somos Adán y Eva. La interpretación simbólica (no-literal) de Adán y Eva, entonces, va en contra de lo que el resto de la Biblia nos enseña sobre ellos.

Podemos ver con un solo ejemplo (el de Adán y Eva) cuán problemático es interpretar a la Biblia de manera no-literal. Esta interpretación tiene problemas literarios, problemas teológicos, y requiere afirmar que la Biblia contiene errores o falsedades. Sencillamente, esto no es una interpretación viable, a menos que no tengas ningún problema con destruir el fundamento del cristianismo (la Biblia), y abrir la puerta a cuanta interpretación metafórica exista. El cristiano liberal no parece tener un problema con esto.


Ahora bien, esto no quiere decir que todo lo que leemos en la Biblia es literal. Claramente, hay partes de la Biblia que no son literales, pero mi contención es que la misma Biblia nos deja saber cuándo nos está hablando de manera literal, y cuándo no. He aquí el segundo punto que quiero enfatizar sobre el significado de “literal.” El cristiano liberal quiere que creamos que, sin estudios formales de exegesis, hermenéutica, hebreo, griego, y arameo, no podemos entender correctamente el “verdadero” significado de la Biblia, o identificar cuándo nos está hablando de manera no-literal. Sólo cuando carecemos de este conocimiento y de estos estudios, según ellos, es que el cristiano afirma posturas “infantiles,” como decir que Dios realmente creó al mundo en 6 días. Una vez adquieres más conocimiento (lo cual es imposible para la mayoría de nosotros), te “desprendes” o “deshaces” o “desaprendes” esas creencias infantiles e ignorantes, y adquieres un conocimiento “correcto” de la Biblia.


Luz roja.


Lo que el cristiano liberal ignora es que la Biblia no fue escrita por, ni para, expertos académicos. Si muy bien es cierto que hay cosas que no podemos entender plenamente o apreciar correctamente sin estudios formales, estos estudios formales no son necesarios para entender el mensaje de la Biblia, especialmente cuando se trata del mensaje básico de la salvación. Los estudios formales en definitivo ayudan mucho a entender mejor a la Biblia, pero a veces los académicos lo hacen parecer más complejo de lo que realmente es, precisamente para que nos veamos obligados a confiar en su autoridad y conocimiento. Pero, esto es incorrecto.


Noten el ejemplo que di, arriba, sobre la oveja. Si yo digo, “las ovejas comen grama,” tú entiendes que estoy hablando de un animal. Pero, si yo digo, “las ovejas siguen a Cristo,” tú entiendes que estoy hablando de cristianos. El ser humano tiene la capacidad para identificar bastante fácilmente el lenguaje literal o no-literal. Claro, hay ejemplos más difíciles que otros, pero en general lo podemos hacer.


Nosotros sabemos que no podemos leer un periódico de la misma forma en que leemos una novela. Sabemos que no vamos a interpretar de la misma forma a un “comic” de Superman como interpretamos a un libro de historia. No necesitamos ser expertos en literatura para entender esto. De la misma forma, la Biblia contiene diversos géneros literarios que dictan cómo deberíamos de interpretarla. Estudiando estos géneros literarios nos puede ayudar grandemente en entender mejor a la Biblia, pero no es necesario ser un experto en ellos para poder hacerlo. Cuando Jesús nos dice que debemos de amar a Dios “con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Marcos 12:30), nos queda muy claro que nos está mandando a amar a Dios con todo nuestro ser. Pero, cuando nos dice que, “si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti” (Mateo 5:29), nos queda muy claro que no nos está diciendo que literalmente nos saquemos el ojo derecho cuando pequemos. En general, todos podemos leer ambos pasajes y entender que uno es un mandato literal, y el otro es hipérbole (exageración).


Cuando el cristiano liberal nos dice que la Biblia no es literal, no nos está diciendo simplemente que hay partes como las parábolas de Jesús que no son literales; nos están queriendo decir que una gran parte de la Biblia simplemente no es real o verdad. Lo que nos están queriendo decir es que sólo ellos que son expertos en la Biblia pueden entender el mensaje real detrás de estas historias, y que nosotros simplemente debemos de confiar en ellos. Esto es falso.


El principio que yo siempre le enseño a las personas que están buscando aprender a cómo interpretar la Biblia es el siguiente: la Biblia se debe de interpretar de manera literal, hasta que la misma Biblia nos indique lo contrario. Noten que esto no es un principio especial. Es un principio que usamos a diario cuando hablamos con las personas. Si alguien me dice algo, o me escribe una carta, sería absurdo asumir que me están hablando de manera simbólica. Lo correcto en esos casos es asumir que me están hablando de manera literal, o que me están diciendo la verdad, a menos que ellos mismos de alguna manera me indiquen lo contrario.


En la gran mayoría de los casos, la Biblia es bastante clara en cuándo está hablando de manera literal, y cuándo no. No tenemos que pensar mucho sobre esto. Existen excepciones, claro, pero en general, cualquiera que tiene la capacidad para leer y pensar, puede entender la Biblia.


En resumen, es completamente falso que la Biblia no es literal, especialmente si con esto quieren decir que sus historias no son verdad o reales. Esto es contrario a lo que la misma Biblia nos dice, a lo que Jesús y los apóstoles enseñaban, y lo que la iglesia ha creído y enseñado por miles de años (algunos padres de la iglesia sí afirmaban una interpretación “espiritual” de la Biblia, pero basta con leer sus interpretaciones para darse cuenta de sus errores al intentar interpretarla de esta manera). Una interpretación no-literal de la Biblia es sumamente peligrosa, y abre las puertas a tantas interpretaciones absurdas sin manera de determinar cuál es la correcta y cuál no.


¿Por qué, entonces, algunos insisten en interpretaciones no-literales de la Biblia? Creo que la respuesta es clara, especialmente en el caso del cristianismo liberal. Como expliqué, arriba, el cristianismo liberal nace en respuesta al clima intelectual de la sociedad, luego del periodo de la Iluminación. La idea es intentar interpretar a la Biblia a través de un lente intelectual, demostrando que la Biblia es racional y defendible, intelectualmente. A raíz de esto, si la ciencia dice, por ejemplo, que el mundo tiene millones de años de edad, el cristiano liberal se ve obligado a reinterpretar los días de la Creación en Génesis 1 para poder armonizar con lo que nos dice la ciencia. Es este deseo de apelar a la razón que produce una interpretación simbólica de los días de la Creación.


Ejemplos de que la Biblia no es Literal


Las Serpientes no Hablan

¿Qué partes de la Biblia, entonces, se deben de interpretar literales, y cuáles no? Según los cristianos liberales, todo aquello que no se pueda evidenciar racionalmente debe de ser interpretado “espiritualmente,” o todo aquello que sea contrario a nuestro concepto de un Dios de amor. Por ejemplo, sabemos que Dios es un Dios de amor. Por lo tanto, “sabemos” que nunca diría que el homosexualismo es pecado, porque esto sería un discurso de odio. El cristiano liberal, entonces, reinterpreta aquellos pasajes que hablan sobre el homosexualismo, nos dicen que en realidad están hablando de otras conductas, o los rechazan como parte del contexto cultural en el que fueron escritos. En otras palabras, o la Biblia ha sido traducida mal, o contiene errores que nacen de los prejuicios de los autores. Sea cual sea la razón, no debemos de afirmar esos pasajes como Palabra de Dios.

Más adelante volveré a este tema de la Palabra de Dios y la reinterpretación de pasajes que hablan sobre el pecado, pero por ahora me quiero enfocar en algunos de los ejemplos que los cristianos liberales nos dan que, según ellos, nos indican que la Biblia no es literal.


El primero que he escuchado es que la Biblia no puede ser literal “porque las serpientes no hablan.” Lo que nos quieren decir con esto es que la Biblia tiene muchos ejemplos de eventos o historias fantasiosas que “claramente” no son posibles, naturalmente hablando, y por lo tanto esto es un indicio de que no son historias reales. Según el cristiano liberal, los autores de la Biblia incluyeron estos detalles precisamente para dejarnos saber que no estaban escribiendo historias reales, sino que son mitos o parábolas con mensajes importantes. En sus mentes, sólo un “fundamentalista conservador” se atrevería a decir que la serpiente del Edén realmente habló.

La verdad es que encuentro este argumento un tanto absurdo por varias razones, la principal siendo que los que están presentando este argumento dicen ser cristianos. Yo entiendo perfectamente si un ateo lee la Biblia y concluye que no puede ser real porque, “Mira todos estos eventos fantasiosos. ¡Las serpientes no hablan!” Pero, que un cristiano que dice creer en Dios diga lo mismo es completamente sin sentido porque, si creemos en Dios, ¿cómo no vamos a creer en lo sobrenatural?


Fíjense que tampoco es posible que una persona cambie el agua en vino (Juan 2:6-11). No es posible caminar sobre el agua (Mateo 14:25), sanar leprosos solo con tocarlos (Lucas 5:13), o sanar a un paralítico con solo hablarle (Marcos 2:11-12). Más importante aún, ¡no es posible resucitar de entre los muertos! (Mateo 28). Sin embargo, Jesús hizo todas estas cosas. Si vamos a decir que algo no es verdad porque no es posible, naturalmente hablando, tendríamos que rechazar la mitad de la Biblia, incluyendo la resurrección de Cristo.

De hecho, este es precisamente el punto que Pablo estaba haciendo en 1 Corintios 15. Pablo no entiende cómo personas que se llaman cristianos niegan que los muertos pueden resucitar, e intenta explicarles que, si esto fuera cierto, pues quiere decir que Cristo tampoco resucitó (v. 12). Pero, si Cristo no resucitó, “vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe. Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan” (vv. 14-17). Lo mismo le podemos decir al cristiano liberal.

Lo digo de nuevo, entonces: Si vamos a negar aquello que no es posible, naturalmente hablando (o científicamente hablando), tendríamos que negar la resurrección de Cristo, ¡sin el cual no tendríamos cristianismo! Por eso me llena de ardor en el corazón y de mucho coraje y tristeza cuando veo y escucho a “expertos” cristianos enseñando estas cosas, y ver personas en los comentarios simplemente respondiendo, “amen.” No se dan cuenta de que están atentando en contra de su fe, en contra de la Palabra de Dios, y en contra de la verdad del evangelio. Aceptan lo que dicen estos expertos sin cuestionarlos, simplemente porque son expertos. No lo podemos permitir.


Pero, volviendo a la serpiente, entendamos que la misma Biblia nos deja saber que no era una serpiente natural, sino que era satanás en forma de serpiente. Por ejemplo, Apocalipsis le llama a satanás, “la serpiente antigua” (12:9), y Jesús les llama a los pecadores de Su tiempo, “Generación de víboras” (Mateo 12:34). Para el que no sabe, una víbora es un tipo de serpiente venenosa. Lo que Jesús les está diciendo es que, los que hacen el mal, son hijos de satanás (Juan 8:44), así que son descendientes de aquella serpiente antigua (generación de víboras).


El cristiano liberal intencionalmente ignora la identidad real de la serpiente, y simplemente dice que las serpientes no hablan. Sí, lo sabemos. Las serpientes no hablan...pero satanás, sí. Quizás el cristiano liberal tampoco cree en satanás. No me sorprendería.


Jonás

Siguiendo la misma línea de pensamiento que el ejemplo de la serpiente, arriba, los cristianos liberales dicen que la historia de Jonás “claramente” es un mito; no puede ser una historia real. Según ellos, Jonás es como una parábola, o una alegoría, escrito para darnos un mensaje importante, no para que creamos que realmente ocurrió. Pero ¿qué razón tienen para llegar a esta conclusión?


Si leemos la historia de Jonás, vemos que no es una historia fantasiosa. No tiene elementos increíbles o mágicos. Es una historia simple de un profeta que no quiso obedecer a Dios, pero que al final obedece. ¿Qué hay de sobrenatural en esa historia? Nada. ¿Por qué decir que es un mito, entonces? Sencillo: porque no es posible que un ser humano sobreviva en la boca de un pez por 3 días.


Una vez más, aquí vemos como el cristianismo liberal no se trata de entender la verdad de la Biblia; se trata de insistir en una interpretación naturalista o científica de la Biblia, y reinterpretar todo aquello que no cuadre con esta interpretación. “Las serpientes no hablan” es un ejemplo de esto. Jonás es otro. En esencia, básicamente cualquier evento que parezca muy fantasioso para el cristiano liberal debería de ser un mito, fábula, o alegoría. Pero, cuando leemos a Jonás, vemos que claramente fue escrito como una historia real, y no para ser interpretada de manera simbólica. Abran sus Biblias y vayan conmigo.


Primero, noten cómo comienza el libro: “Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai...” Esto es una introducción típica de los libros proféticos del antiguo testamento. Casi todos los libros proféticos del antiguo testamento comienzan con una introducción similar. “Palabra de Jehová que vino a Miqueas de Moreset” (Miqueas 1:1); “Profecía sobre Nínive. Libro de la visión de Nahum de Elcos” (Nahúm 1:1); “Profecía de la palabra de Jehová contra Israel, por medio de Malaquías” (Malaquías 1:1); “Palabra de Jehová que vino a Oseas hijo de Beeri” (Oseas 1:1). Estos son solo algunos ejemplos.


Esta introducción de Jonás nos deja saber que es un libro profético o sobre un profeta, al igual que los demás libros de los profetas que incluyen este mismo tipo de introducción. No es un género literario distinto a los demás profetas. Menciono esto porque a los cristianos liberales les gusta hablar mucho de los géneros literarios, y nos dicen que los cristianos “normales” (los que no tienen estudios formales) no conocen sobre esto, y por eso interpretan la Biblia de manera literal o errónea. Sin embargo, en casos como este, el cristiano liberal ignora el género literario de Jonás, e insiste que es un mito o una alegoría o parábola. Pero, el mismo libro se identifica como uno de los profetas. Este es su género literario. ¿Por qué insistir en otra interpretación?


Segundo, noten las referencias a personas y lugares históricos. Jonás, por ejemplo, no es una figura mítica. Jonás es mencionado en 2 Reyes 14:25 (uno de los libros históricos de la Biblia). Y, sabemos que es el mismo Jonás porque menciona que es un profeta, menciona el tiempo en el cual profetizó (y pega con el tiempo del libro de Jonás), y lo identifica como “Jonás hijo de Amitai,” la misma identificación que vemos en Jonás 1:1. Sería un poco raro contar una historia ficticia, una alegoría o algo así, sobre un profeta real que existía en ese tiempo. Pero, además de Jonás, tenemos a Nínive, Tarsis, Jope...todos lugares reales de aquel tiempo. Esto no es una característica común de una alegoría. En otras palabras, los primeros versos de Jonás presentan todas las características que esperaríamos de un libro histórico; no de una alegoría.


Pero ¿qué tal del pez, entonces? ¿Cómo explicamos esto? Pues, noten cómo la Biblia lo describe: “Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás” (Jonás 1:17; énfasis, mío). Fíjense que el pasaje no dice que esto es una ballena o algún pez conocido, como algunos a veces piensan. Lo que nos dice es que era un pez preparado por Dios mismo para este propósito (tragarse a Jonás). Esto implica que no es un pez natural, sino que es uno que Dios mismo creó para este fin. Por lo tanto, no necesitamos intentar explicar este evento de manera natural porque sencillamente no es un evento natural.


Por último, noten lo que el mismo Jonás dice sobre su sobrevivencia: “Descendí a los cimientos de los montes; la tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío” (Jonás 2:6). ¿Cómo pudo Jonás sobrevivir 3 días y noches en la boca de un pez? El cristiano liberal nos diría que no es posible, pero Jonás nos dice que Dios mismo fue quién preservó su vida. Noten que no hay necesidad de acudir a explicaciones raras científicas o naturales, ni tenemos que reinterpretar a la historia como una alegoría. El mismo libro nos explica que esto ocurrió por mano de Dios. ¿Acaso Dios no puede hacer milagros? ¿Acaso es imposible para Dios preservarle la vida a Jonás? El cristiano liberal tendría que decir que sí a esa segunda pregunta. De lo contrario, no tiene ninguna razón para decir que Jonás es un mito, al igual que muchas otras historias en la Biblia que nos hablan de eventos sobrenaturales.


Podemos ver, entonces, que este argumento de que la Biblia incluye detalles fantasiosos para dejarnos saber que no son historias reales está centrado en un concepto erróneo de Dios. Está centrado en la idea de que lo sobrenatural no es real, que Dios no puede hacer milagros, lo cual pone en duda otras creencias cristianas como creer que Dios contesta oraciones, que nos puede sanar, o que Jesús resucitó de entre los muertos. Es perfectamente entendible que un ateo rechace lo sobrenatural, pero que un cristiano lo haga lo encuentro sin sentido. Al final, no veo ninguna razón válida para asumir que la Biblia no debería de ser interpretada de manera literal, fuera de una presuposición en contra de lo sobrenatural.


Contradicciones en la Biblia


Esto no es un argumento exclusivo del cristianismo liberal, pero he escuchado a muchos cristianos liberales presentarlo. Por lo tanto, lo incluyo aquí. El cristiano liberal dice creer que la Biblia es inspirada por Dios, pero les gusta recordarnos que también fue escrita por seres humanos. Por lo tanto, según ellos, no todo lo que está en la Biblia es correcto, verdad, o real. Un ejemplo de que la Biblia contiene errores humanos son las supuestas contradicciones que podemos encontrar en ella.


Esto es un tema que amerita su propio escrito, así que me limitaré a algunos ejemplos de supuestas contradicciones que escuché recientemente. Pero, antes de mencionar estos ejemplos, quiero aclarar lo que nos están diciendo. El cristiano liberal quiere afirmar que la Biblia es Palabra de Dios, pero que contiene errores. Quieren decirnos que los errores de la Biblia no le restan a su autoridad, y con esto intentan apaciguar a los cristianos que creen lo contrario. En otras palabras, quieren actuar como si la presencia de errores o contradicciones en la Biblia no fuera un problema para el cristiano. Pero ¿es esto cierto?


Un indicio de que no es cierto es el hecho de que la presencia de supuestas contradicciones en la Biblia es uno de los argumentos más comunes que los ateos usan para demostrar que la Biblia no es Palabra de Dios. Pero, este argumento no se limita a ateos, sino que es una táctica común de los judíos para demostrar que el nuevo testamento no es verdad, y de los musulmanes para demostrar que la Biblia ha sido corrompida. Que un cristiano afirme aquello que otros usen para refutar a la Biblia debería de ser otra luz roja. Al parecer, todo el mundo puede ver el problema con la presencia de contradicciones en la Biblia, excepto el cristiano liberal.


Para poder entender el problema real que presenta la presencia de errores o contradicciones en la Biblia para el cristiano, tomemos de ejemplo algunos de los supuestos errores que ya he mencionado en este escrito. El cristiano liberal dice, por ejemplo, que Adán y Eva no eran personas reales, y que Génesis no es literal. Esto requiere que digamos que Jesús estuvo equivocado, o que los autores de los evangelios le atribuyeron palabras a Jesús que Él nunca dijo. Ambas posibilidades ameritan la pregunta: ¿cómo sabemos, entonces, lo que realmente dijo Jesús? Según el Seminario de Jesús (compuesto por cristianos liberales), el 80% de las palabras de Jesús en los evangelios realmente no son Sus palabras. Les pregunto, ¿esto es característico de un documento confiable? No, no lo es.


La conclusión de aquellos que analizan a los evangelios a través de este lente crítico es que el “Jesús real” no es nada como el Jesús cristiano en el cual la mayoría cree, hoy. Según ellos, Jesús nunca dijo ser Dios, por ejemplo. Esto es un solo ejemplo de las implicaciones de afirmar que la Biblia contiene errores o contradicciones. En resumen, si aceptamos la presencia de errores o contradicciones en la Biblia, no es que la Biblia automáticamente queda descartada como verdad, pero pone en duda su autoridad y su fuente de origen (Dios). Estaríamos diciendo que Dios, a pesar de que inspiró a los autores bíblicos, no tiene la capacidad ni tan siquiera para preservar Su propia Palabra. ¿Qué clase de Dios es ese? Cuando leemos un libro que está lleno de errores y contradicciones, ¿cómo sabemos que podemos confiar en él? La verdad es que no lo sabemos. El resultado final es precisamente lo que tenemos en el cristianismo liberal: una perspectiva baja de la Biblia, una negación de su infalibilidad, interpretaciones raras de sus historias, y un cristianismo casi irreconocible.


El que se atreva a decir que las perspectivas del cristianismo liberal no atentan en contra de nuestra fe, no sé lo que están leyendo. Para mí es claro. Pero, como mencioné arriba, me quiero enfocar en algunos ejemplos de supuestas contradicciones que he escuchado recientemente. ¿Realmente son contradicciones?


¿Un ciego, o dos?

El primer ejemplo que escuché recientemente es que Marcos nos dice que Jesús sanó a un ciego (Marcos 10:46-52), mientras que Mateo nos dice que fueron dos (Mateo 20:29-34). ¿Realmente es esto una contradicción? Vayan a los pasajes, y vean ustedes mismos. Noten que el pasaje de Marcos no dice que fue “un ciego,” mucho menos nos dice que era un solo ciego. Lo que nos dice Marcos es que, al salir de Jericó, “Bartimeo el ciego...estaba sentado junto al camino mendigando.” El cristiano liberal está asumiendo que Marcos está diciendo que fue un solo ciego (Bartimeo), a pesar de que esto no es lo que nos dice el pasaje, ni es la forma normal de interpretar este tipo de relato.


Si alguien me dice que fue para el cine, y su hermana estaba allí y se le acercó para contarle algo, no sería correcto asumir que su hermana era la única persona en ese cine ese día. Claramente, la persona simplemente me está mencionado a su hermana porque me quiere contar esa parte de la historia, o por la razón que sea. No sería una contradicción que otra persona diga que también estaba en el mismo cine ese día. Algo similar ocurre con el caso de los ciegos. Marcos no nos está diciendo cuántos ciegos estaban en el camino cuando Jesús los sanó; nos está mencionando a un ciego, en particular, por nombre, por la razón que sea. La mayoría de los expertos entienden que muy probablemente Marcos menciona a Bartimeo por nombre porque era alguien conocido en ese tiempo, posiblemente un cristiano prominente. Pero, mencionar a Bartimeo por nombre no implica que no hubo otra persona ciega en ese momento. El cristiano liberal está intentando forzar una contradicción que no existe.


La peor parte de esta supuesta contradicción es que algunos dicen que la razón por la cual Mateo añadió a otro ciego en su relato es porque, en el antiguo testamento, se dice que “Por dicho de dos o de tres testigos morirá el que hubiere de morir; no morirá por el dicho de un solo testigo” (Deuteronomio 17:6). Pregunto, ¿qué tiene que ver el pasaje de Deuteronomio con la sanación de los ciegos en Mateo? Absolutamente nada. El defensor de esta supuesta contradicción está haciendo una conexión que no existe con tal de justificar su interpretación de Mateo. Mateo no tiene ninguna razón para añadir otro ciego, mucho menos para apelar a una ley que no tiene nada que ver con lo que está escribiendo.


Aquí vemos que el cristiano liberal no sólo está alegando contradicciones y conexiones que no existen, sino que está inventando motivaciones ocultas detrás del autor de Mateo. Aún si fuera cierto que Mateo está haciendo esta conexión, él no dice que está haciendo esta conexión, y nosotros no estamos en su mente para saber el por qué añadió a otro ciego en su relato. En otras palabras, el cristiano liberal está especulando e inventando motivos sin manera alguna de saber si ese motivo es real o no. Con esto podemos ver la deshonestidad del cristiano liberal en este caso, y que su intención clara es poner en duda los motivos de los autores bíblicos. Esto no es una mera búsqueda de la verdad; es un intento de poner en duda la confiabilidad de la misma Biblia.


En fin, esto no es una contradicción.


Génesis 1 y 2

Otro ejemplo de una supuesta contradicción que escuché recientemente es que Génesis 1 dice que el ser humano fue creado luego de los animales (Génesis 1:24-28), mientras que Génesis 2 nos dice que fue creado antes de los animales (Génesis 2:18-19). Ofreceré 3 posibles respuestas a esta supuesta contradicción, la tercera siendo la más probable.


Primero, aunque la mayoría de las Biblias dicen, “Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo,” insinuando que fueron creadas después del ser humano, algunos expertos en el hebreo dicen que otra posible forma de traducir este verso es que, “Jehová Dios había formado de la tierra toda bestia del campo” (énfasis, mío). Un ejemplo de esta traducción es la nueva versión internacional en inglés. Bajo esta traducción, lo que el pasaje nos está diciendo es que ya Dios había formado los animales antes que el ser humano, como nos menciona Génesis 1, y que en ese momento los trajo ante Adán para ser nombrados. De ser así, no existe contradicción.


No es claro, sin embargo, que esta es la manera correcta de traducir ese pasaje, y por lo tanto ofrezco otra posible explicación. Al cristiano liberal le gusta mucho hablar de géneros literarios y contexto cultural a la hora de interpretar la Biblia. Pero, cuando les conviene, tienden a ignorar estos detalles. Lo hicieron con la serpiente, con el libro de Jonás, y lo hacen aquí, de nuevo. Es un error decir que Génesis 1 y 2 nos están contando la misma historia. No lo están. Génesis 1 nos está contando sobre los días de la Creación, enfatizando que Dios creó al mundo y lo hizo en un orden en particular, mientras que Génesis 2 nos está ofreciendo los detalles de la creación del ser humano, preparando el terreno para su caída en el capítulo 3. Por tal razón Génesis 1 termina con la creación del ser humano, mientras que Génesis 2, luego de una introducción, comienza su relato principal con el ser humano. Esto es un indicio de que Génesis 1 fue escrito en orden cronológico, mientras que Génesis 2 fue escrito en orden temático. Es decir, por orden de importancia.


Génesis 2 no nos menciona el resto de la Creación, ni los días, ni nada de lo que nos menciona el primer capítulo porque nada de eso es importante para lo que nos están queriendo contar en este capítulo. La importancia de este capítulo es el ser humano en el Edén, y la prohibición de Dios de comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. Por lo tanto, cuando nos menciona la creación de los animales luego de la creación de Adán, no nos está diciendo que este es el orden cronológico de su creación, sino que nos está diciendo que este es el orden de importancia del relato. Se menciona primero al ser humano, y luego a los animales, porque el ser humano es en enfoque del capítulo, mientras que en Génesis 1 el enfoque era Dios y el orden de la Creación. Entendiendo que Génesis 2 no nos está dando un orden cronológico de la creación de los animales, entonces, podemos ver que no existe ninguna contradicción.


La tercera y última posible explicación a esta supuesta contradicción lo podemos ver en el mismo capítulo 2 de Génesis. Los que tienen una Biblia moderna pueden ver esto fácilmente yendo al verso 4, y leyendo el título que aparece justo antes del verso. Mi Biblia, por ejemplo, dice, “El hombre en el huerto de Edén.” Esto es importante porque lo que nos está indicando es que los siguientes eventos ocurren en el Edén. Y, por si existe alguna duda de esto, el verso 8 nos dice, explícitamente, que puso al hombre en el Edén, y es aquí en donde ocurre el resto del capítulo.


¿Por qué esto es importante? Porque si entendemos que Génesis 2 no está hablando de la Creación en general, sino que está hablando de los eventos ocurridos en el Edén, podemos entender que la creación de los animales en el verso 19 no se refiere a los animales del mundo, sino a los animales del Edén. Son estos animales que fueron creados después de Adán, y son estos los que él nombró. Una vez más, entonces, vemos que no existe ninguna contradicción.


La razón por la cual les ofrezco más de una posible explicación a la supuesta contradicción de Génesis es para que vean que, antes de concluir que es una contradicción, debemos de tomar en consideración otras posibilidades. Pero, el cristiano liberal simplemente asume y acepta la contradicción, sin posibilidad de alguna otra interpretación. Esto demuestra que quieren que exista una contradicción, y no van a aceptar lo contrario.


Lo mismo que acabo de hacer con estas dos supuestas contradicciones podemos hacer con cualquier otra supuesta contradicción. En mi experiencia, he podido ver que básicamente toda supuesta contradicción se puede resumir en una interpretación incorrecta de la Biblia. El cristiano no tiene que preocuparse mucho por esto, no porque las contradicciones no importan, sino porque no existen.


La Biblia como Palabra de Dios


Sé que ya este escrito es demasiado largo para muchas personas, pero no puedo terminar sin tocar algunos puntos adicionales que he escuchado recientemente. Creo que estos puntos reflejan el problema real que es el cristianismo liberal para el cristianismo en general, y nos demuestra sus fallas serias.


En la sección anterior mencioné que una de las posturas del cristianismo liberal es que el punto de la Biblia es su mensaje, no su historicidad. Según estas personas, no importa si las historias bíblicas verdaderamente ocurrieron o no; lo que importa es lo que nos buscan enseñar. Bajo esta perspectiva, entonces, ¿qué es lo que hace que la Biblia sea Palabra de Dios? Según algunos cristianos liberales, la Biblia es Palabra de Dios cuando aplica a la vida diaria. Dicho de otra forma, la Biblia es sagrada porque sirve para la vida, para vivir mejor, para ser mejor (esto es una cita casi directa de un defensor del cristianismo liberal). En otras palabras, el verdadero valor de la Biblia no es que sea histórica o no; es que nos ayude a ser mejores personas y crear un mejor mundo.


Contrastemos esto con lo que Pablo nos dice en 1 Corintios 15:14, “Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.” Para Pablo, el evangelio no se trata simplemente del mensaje; se trata de un evento real que ocurrió en la historia, sin el cual no tendríamos salvación. De nada vale predicarles a las personas que Jesús los ama si Jesús ni tan siquiera existió. De nada vale predicar sobre las buenas nuevas de salvación si en realidad Jesús no pagó por nuestros pecados. Si vamos a decir que no importa si las historias bíblicas son verdad o no, sino que lo que importa es su mensaje o enseñanzas, pues ¿para qué usar la Biblia? ¿Por qué no usar otros libros que también nos dan enseñanzas muy valiosas, y que evitan los supuestos problemas que tiene la Biblia?

El cristiano liberal quiere seguir afirmando la Biblia, pero la quiere reinterpretar para decir que el mensaje central es simplemente el amor (sin definir lo que el amor es). O, como dicen algunos, nos quieren decir que Jesús a lo que vino es a reformar a la sociedad, a destruir las instituciones religiosas, y para enseñarnos a ser mejores personas.


Todo esto se escucha muy bonito, pero ignora una verdad esencial: Jesús no vino simplemente para hacernos mejores personas; vino a morir por nuestros pecados para que podamos ser salvos (1 Pedro 3:18; 1 Corintios 15:3; Juan 3:16). Y, Pablo nos advierte que, “Si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema” (Gálatas 1:8-9). Y, ¿cuál es ese evangelio? Pablo también nos responde: “Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras...” (1 Corintios 15:3).


En la Biblia no encontrarás ningún pasaje que defina el evangelio de otra forma que no sea esta. Por lo tanto, aunque el evangelio sí tiene implicaciones sociales y nos hace mejores personas, esto no es el propósito principal de él. Jesús no vino simplemente para hacernos mejores personas; vino para traernos salvación de nuestros pecados. Pero, el cristiano liberal con su interpretación no-literal de la Biblia y su reinterpretación de pasajes centrales como los que hablan del pecado nos quieren presentar un evangelio distinto al que la Biblia nos enseña.

Alerta.


Lo que acabo de describir se le conoce como el evangelio social. Es un evangelio centrado en la reformación social, el amor al prójimo, etc., y muy pocas veces nos habla del pecado. No es que estas cosas (el amor, la reformación social) sean malas. Tampoco es que no nacen del evangelio. Yo creo que sí nacen del evangelio. El que ama a Cristo, y su corazón es transformado y sus pecados perdonados, busca obedecer Sus mandamientos, glorificar Su nombre, y amar a los demás. Por lo tanto, el evangelio sí tiene implicaciones sociales. Pero, el aspecto social no es el evangelio. Ese es el punto. El evangelio es una cosa, y los efectos o implicaciones del evangelio es otra.


Pero, el cristiano liberal no le ve ningún valor a la Biblia si no tiene alguna aplicación a la sociedad actual. Y, llevan esta perspectiva a tal extremo que nos dicen que la Biblia es Palabra de Dios solamente si nos habla en el presente. Según ellos, si la Biblia no nos habla en el presente, o no nos ayuda a ser mejores personas, pues no es Palabra de Dios. A raíz de esto, el cristiano liberal nos dice que Dios quiere que tengamos diferentes opiniones sobre la Biblia, y que al final del día somos nosotros los que tenemos que leerla y decir qué partes son Palabra de Dios para nosotros.


Lean eso otra vez, y entiendan sus implicaciones.


Si, hasta este momento no has podido entender cómo el cristianismo liberal atenta en contra de la Palabra de Dios (y de Jesús, y del cristianismo, y nuestra fe, y el evangelio), quizás ahora lo estás entendiendo. De lo contrario, no sé cómo más lo puedo explicar.


Decir que la Biblia es Palabra de Dios solamente si nos ayuda a ser mejores personas es completamente absurdo. Más absurdo aun es decir que nosotros somos quienes decidimos qué partes son Palabra de Dios para nosotros, y cuáles no. Arriba mencioné la reinterpretación de pasajes que hablan sobre el pecado. A esto es a lo que me refería. El cristianismo liberal nos dice que nosotros decidimos qué partes son Palabra de Dios para nosotros, y qué partes no lo son. El homosexual, entonces, puede aceptar como Palabra de Dios la parte que dice que Dios es amor, pero rechaza la parte que dice que el homosexualismo es pecado. ¿Qué hay de malo en hacer eso? Para el cristiano liberal, no hay nada malo en eso.


En otras palabras, el cristianismo liberal promueve una interpretación de la Biblia selectiva. Nosotros escogemos qué partes afirmar, y cuáles rechazar. Escogemos qué partes son Palabra de Dios, y cuáles no. Lo que nos gusta, eso es Palabra de Dios, pero con lo que no estamos de acuerdo, no. Leo y escribo esto y me pregunto, ¿cuál es el punto de la Biblia, entonces? ¿No es mejor simplemente echar la Biblia hacia un lado y vivir conforme a nuestras propias creencias? Total, eso es lo que estamos haciendo bajo esta perspectiva, de todas formas.

En vez de insistir en que la Biblia es Palabra de Dios, pero reinterpretarla de tal forma que es irreconocible, mejor rechacemos la Biblia de un principio. En vez de insistir en decir que somos cristianos, pero rechazar o reinterpretar toda doctrina esencial del cristianismo, mejor rechacemos al cristianismo por completo. No entiendo el por qué el cristiano liberal se sigue llamando cristiano.


Todos Somos Pueblo de Dios


Quiero terminar con una última alegación que he escuchado recientemente de parte de cristianos liberales. Para algunos esto puede ser chocante, pero cuando entendemos que el cristianismo liberal promueve un evangelio social que no se distingue mucho de otros movimientos sociales, tiene sentido perfecto.

Una de las características del cristianismo liberal es evitar toda polémica con otras religiones. En su intento de promover el amor y la acción social, el cristiano liberal nos presenta una perspectiva diluida del cristianismo en la cual podemos incluir a otros grupos que promuevan mensajes similares. Pero, para lograr esto, es necesario sacrificar lo que la Biblia realmente nos enseña, y enfocarse solamente en aquellos aspectos de la Biblia que son agradables.


Si no creen lo que estoy diciendo, les doy un ejemplo. Algunos cristianos liberales nos dicen que los judíos, los cristianos, y los musulmanes todos son parte del pueblo de Dios porque creen en el mismo Dios (en el caso de los judíos), y creen en el mismo Jesús (en el caso de los musulmanes).


Quiero que entiendan la seriedad de lo que acaban de leer. Esto es el resultado de no tomar seriamente la verdad de la Biblia. Este es el resultado de interpretar la Biblia de manera no-literal e intentar apelar a la sociedad del momento. El resultado es una carencia de sana doctrina que se escucha bien, pero no es verdad.


No cabe duda alguna de que, con esta alegación sobre el Islam, lo que el cristiano liberal nos está queriendo decir es que el Islam es igual de válido y veraz como el cristianismo y que, por lo tanto, no deberíamos de entrar en contiendas con ellos. Pero ¿realmente los musulmanes creen en el mismo Dios y el mismo Jesús de la Biblia? Yo no soy un experto en el Islam, así que no pretenderé serlo. Pero, los que sí son expertos en este tema nos contestan enfáticamente que no, a ambas preguntas. Por ejemplo, aunque ellos dicen que es el mismo del Dios de Israel, el Dios del Islam es muy diferente al Dios de la Biblia en varios aspectos. Solo para dar un ejemplo, el Dios de la Biblia nos dice que la salvación es por gracia, y no por obras (Efesios 2:8-9). Pero, el Islam enseña que Dios es el creador del pecado, y que somos salvos por obras.


Dios no se contradeciría de esta manera. Por lo tanto, solo tenemos dos opciones. O no es el mismo Dios, o una de las dos fuentes (el Q’ran o la Biblia) está errada. Los musulmanes entienden que la Biblia ha sido corrompida, y por tal razón no podemos confiar en ella. Entendiendo esto, ¿realmente podemos decir que son pueblo de Dios? ¿El pueblo de Dios rechazaría Su Palabra de esta manera? No creo.


Existen muchas otras diferencias entre el Dios de la Biblia y el del Islam, pero admito, nuevamente, que no soy un experto en el Islam, y no pretenderé serlo. Me importa mucho más esta alegación de que los musulmanes también creen en el mismo Jesús que los cristianos. De esto sí sé bastante, y en cierto sentido, es cierto. Es cierto que los musulmanes creen en Jesús de la misma forma que es cierto que los Testigos de Jehová creen en Jesús, al igual que los Mormones, algunos Budistas, incluso algunos ateos. El detalle importante no es que una persona crea en un tal Jesús que existió en la historia. El detalle es lo que creen sobre este Jesús. Y, en este caso, los musulmanes no creen en el mismo Jesús que la Biblia afirma.

Los musulmanes sí creen en Jesús, pero es en su versión de Jesús. Ellos creen que fue un gran profeta y maestro. Hasta ahí llegan las semejanzas con el Jesús de la Biblia. Pero, el Islam enseña que Jesús no es Dios, que no es Hijo de Dios en un sentido especial, y que no murió por nuestros pecados ni resucitó de entre los muertos. También nos dicen que no podemos ser salvos creyendo en Él. Pregunto, ¿es este el mismo Jesús de la Biblia? Claramente, no.

El que dice que los musulmanes son pueblo de Dios porque creen en el mismo Jesús que nosotros (los cristianos) son como los que dicen que toda religión enseña lo mismo. No puedo contar la cantidad de veces que he escuchado a alguien decir, “Toda religión, al final, se puede resumir en ser buenas personas.” Pero, esto es totalmente falso. Un simple estudio de algunas de las religiones más grandes del mundo te demuestra que no enseñan lo mismo. Por lo tanto, no todas pueden ser ciertas.

Pero, esta verdad es muy controversial, y muchos prefieren evitarla. Por lo tanto, intentan presentar un evangelio distinto al que Jesús nos presentó, con tal de crear armonía con las demás religiones del mundo. “Todos somos iguales,” nos dicen. “Dejemos la pelea.” Esto se escucha muy bonito, pero no es la realidad.

Una de las implicaciones del cristianismo liberal, entonces, es un cristianismo que no se distingue de otras religiones, y la afirmación de que cualquier religión, aunque sea contraria a la Palabra, es igual de válida. “Toda religión es verdad,” nos dicen algunos. Esto nace de una perspectiva liberal del cristianismo.


Entendamos que el cristianismo liberal atenta en contra de la Palabra de Dios, la reinterpreta hasta que sea irreconocible, nos presenta un evangelio distinto al que la Biblia nos presenta, y trata de borrar la diferencia entre el cristianismo y otras religiones. Todo esto bajo el disfraz del intelecto y la búsqueda de la verdad.

Cristiano que me lee, esto está ocurriendo bajo nuestras propias narices. No está ocurriendo en otra parte del mundo; está ocurriendo en nuestras propias iglesias. Esto es lo que se les está enseñando a nuevos pastores y pastoras. Y, por lo tanto, esto es lo que se está promoviendo en muchas iglesias desde el púlpito. La pregunta es, ¿qué vamos a hacer al respecto? ¿Seguiremos ignorando? ¿Seguiremos viviendo como si nada estuviera pasando? O, ¿despertaremos y reformaremos la iglesia, promoviendo la sana doctrina y el evangelio de salvación? Si de verdad queremos cambiar al mundo, la manera de hacerlo no es reinterpretando la Biblia. La manera de hacerlo es transformando corazones, y esto sólo ocurre cuando nos arrepentimos de nuestros pecados, entregamos nuestras vidas a Cristo, y buscamos vivir conforme a Su Palabra. Todo lo demás son intentos fallidos que atentan contra Su Verdad.

Si llegaste hasta aquí, gracias por leer. Sé que ha sido largo, pero espero que haya valido la pena. Te amo en Cristo, seas quién seas, aún si estás en desacuerdo conmigo. Espero verte un día en el cielo con nuestro Señor, y disfrutar de la vida eterna que Él nos ha prometido. Dios te bendiga.



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