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El Superbowl y el Cristianismo Progresista


El Superbowl es uno de los eventos más vistos en el mundo, una vez al año. Por tal razón, muchas personas hacen anuncios especiales solamente para ese día, porque saben que millones de personas lo verán. Uno de esos anuncios lo comparto aquí; un anuncio sobre el amor de Jesús. Buena idea, ¿no? La iglesia debería de estar contenta en que millones de personas pueden aprender un poco sobre el amor de Jesús, aunque sea un día al año. Quizás con este anuncio, personas lleguen a la iglesia, o busquen conocer más a Cristo, etc. En otras palabras, esto es una buena manera de evangelizar al mundo, especialmente a una audiencia la cual probablemente no escucha sobre Cristo por el resto del año.

 

Sin embargo, este escrito no es para celebrar este anuncio, sino para continuar alertando a la iglesia sobre el peligro del cristianismo progresista. Vean el video, y pregúntense, ¿qué vas a refutar? ¿Qué parte del video vas a intentar decir que no es bíblico? El lavado de pies: bíblico. El amor de Cristo: bíblico. Jesús no enseñó el odio: bíblico. Jesús nos entiende: bíblico. Literalmente todo lo que el anuncio presenta y dice es bíblico. Entonces, ¿cuál es el problema?

 

En el anuncio, lo único que vemos son imágenes de personas lavándole los pies a otras personas, de diferentes géneros, culturas, etc. El mensaje es claro: la iglesia está llamada a amar y a servir a todo ser humano, no importa su color de piel, su género, ni sus creencias religiosas. Y, eso es 100% cierto. La Biblia es clara en que la iglesia está llamada a amar a todo el mundo, incluyendo a nuestros enemigos (Mateo 5:44).

 

Pero, hay dos imágenes en el anuncio que nos debería de llamar la atención. La primera imagen muestra una señora lavándole los pies a una joven quien está sentada frente a una clínica de “planificación familiar.” Esto es contrastado por un grupo de personas en el fondo con carteles pro-vida. La segunda imagen (la última imagen) es de un sacerdote lavándole los pies a un joven que está sentado con un porte un tanto femenino. Las dos imágenes claramente están aludiendo al aborto y a la comunidad LGBTTQ+, respectivamente.

 

¿Cuál es el problema con esto? ¿Acaso hay algo de malo con lavarle los pies a estas personas? ¿Acaso la iglesia no debería de amarlos a ellos, también? He aquí la sutilidad del cristianismo progresista. El anuncio, en sí, no dice nada malo. Como expliqué arriba, todo lo que el anuncio nos dice es bíblico. Y, el anuncio es creado de esta manera precisamente para que, si alguien intenta oponerse, se verá como que se está oponiendo al amor de Cristo.


Sin embargo, la intención detrás del anuncio es clara, especialmente en el contexto cultural y político en el cual el anuncio existe. La intención no es simplemente decir que Cristo nos ama a todos. La intención es decir que, al igual que no hay nada malo con el negro, el hombre, la mujer, el nativo (indio), o con cualquiera de estos grupos representados en el resto del anuncio, no hay nada malo con el aborto ni con las prácticas de la comunidad LGBTTQ+. Por eso el contraste en la imagen de la joven frente a la clínica de “planificación familiar” es tan importante. La idea es que la persona que le está lavando los pies a la joven está mostrando el amor de Cristo, pero las personas que se oponen al aborto no.

 

El anuncio es un reflejo de una creencia que es bastante común en la sociedad de hoy: amar es sinónimo de aceptar. Según la sociedad, si amas a alguien, lo debes de aceptar. Y, si te opones a alguna creencia o práctica de esa persona, no la estás aceptando, y por lo tanto no la estás amando. Cuando las personas dicen que “Dios nos ama, tal cual somos,” usualmente lo que quieren decir es, “Dios nos acepta, tal cual somos.” Pero, esto es falso.

 

Dios no nos acepta tal cual somos porque somos pecadores. Si nos aceptara tal cual somos, no habría necesidad del arrepentimiento, ni hubiera habido necesidad de enviar a Su Hijo para morir en la cruz por nuestros pecados. Si Dios nos aceptara tal cual somos, no nos exigiría vivir en santidad y obediencia, ni intentaría transformarnos y conformarnos a la imagen de Su Hijo.

 

La realidad del caso es que Dios si nos ama, tal cual somos, pero no nos acepta tal cual somos. Pero, en esta sociedad, muchos piensan que amar y aceptar es lo mismo. Y, esta creencia errónea es lo que produce anuncios como el que estoy discutiendo aquí.

 

Mi problema, sin embargo, no es con el anuncio, como tal. Lo que estoy intentando explicar es con la sutilidad que el evangelio se distorsiona. Esto es una táctica del cristianismo progresista y del cristianismo liberal. Estas personas usan lenguaje bíblico, citan versos bíblicos, y nos ofrecen un mensaje tan positivo que es extremadamente difícil refutar. ¿Quién quiere refutar un mensaje que parece simplemente estar haciendo un llamado a amar al prójimo? Nadie. Por eso vemos a los cristianos progresistas hablando, por ejemplo, de ayudar al pobre, al necesitado, haciendo llamados a la acción social. Y, para justificar esto, citan versos en donde Jesús mismo nos llama a vivir de esa manera. Nadie puede refutar eso. Pero, después nos dicen que Jesús no murió por nuestros pecados, que no tenemos que arrepentirnos, o que ni tan siquiera tenemos que creer en Cristo para ser salvos. Algunos niegan la existencia del infierno, del pecado, y dicen que la Biblia no es Palabra de Dios. Pero, todo esto lo envuelven en un mensaje de amor y acción social el cual es difícil refutar sin parecer un villano.

 

Este anuncio es otro ejemplo del por qué la iglesia necesita abrir sus ojos ante la realidad que está ocurriendo bajo nuestras propias narices. Ya yo he escrito suficiente sobre el tema, pero necesitamos más. El problema se está volviendo cada día más grande, y no me parece que haya suficientes personas alertas al problema, ni intentando corregirlo.

 

Algunos quizás piensan, “Pero ¿cuál es el problema? ¿Qué de malo hay en promover el amor al prójimo y la acción social, aunque no compartan todas tus creencias religiosas?” En respuesta, me viene a la mente las palabras de Jesús: “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganar todo el mundo, y perdiere su alma?” (Mateo 16:26).

 

¿Qué logramos si ayudamos a los pobres, a los necesitados, etc., pero el precio que pagamos para lograr eso es distorsionar el evangelio a tal punto de que las personas no creen en Cristo como Su Salvador, no se arrepienten de sus pecados, y por lo tanto no son salvos? ¿Qué provecho tiene vivir en prosperidad en la tierra, pero ser condenado por el resto de la eternidad, separado de nuestro Dios?

 

Es claro que necesitamos promover y practicar el amor. Es claro que ciertos grupos han sido marginados, aún por la iglesia, y que eso tiene que cambiar. Es claro que no podemos fomentar el odio, ni enfocarnos tanto en el legalismo o la obediencia que olvidamos al ser humano. Pero, nada de esto se puede hacer a costo del evangelio. No podemos sacrificar el verdadero evangelio bajo la excusa de amor al prójimo. No es ni una ni la otra; son ambas. Necesitamos amar y servir a todo el mundo, pero también necesitamos arrepentirnos de nuestros pecados y creer en Cristo para ser salvos. El anuncio del Superbowl crea una falsa dicotomía entre el amor y el evangelio, y de esta manera convence a muchas personas que, si se predica sobre el pecado y el arrepentimiento, no es amor. No existe tal dicotomía. El amor al prójimo es parte del evangelio, aunque lo central sea la salvación de nuestros pecados.

 

Estemos más alertos. No permitamos que se les presente un evangelio distorsionado al mundo que, aunque sea más agradable, no ayuda a nadie a ser salvo.

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