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Manuel Boglio

Cuando la Oscuridad Sale a la Luz


En el blog más reciente, hablé sobre cómo ciertos artistas han utilizado la lucha de la comunidad LGBTTQ+ por sus derechos humanos como plataforma para promover la perversidad y el satanismo. Hoy quiero hablar sobre cómo la luz y la oscuridad parecen haber cambiado de lugar.


Históricamente, la oscuridad siempre se ha asociado con lo malo, la maldad, el pecado. Recuerdo que, en mi juventud, mis padres y abuelos siempre nos decían que no saliéramos de noche, porque de noche mataban a la gente. Hoy día, es bastante común escuchar de tiroteos, raptos, asesinatos, masacres, etc. ocurriendo a cualquier hora. En plena luz del día hemos visto carros tiroteándose entre ellos en la autopista. Lo que antes se hacía bajo la cubierta de la oscuridad, hoy se hace en cualquier momento, sin importar la hora, la luz, ni los testigos.


Por otro lado, históricamente la luz siempre se ha asociado con lo bueno. Este contraste entre la luz y las tinieblas (la oscuridad) la podemos ver hasta en la Biblia. Jesús nos dice, por ejemplo, “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12). Similarmente, Pablo nos dice que, “Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz” (Efesios 5:8). La oscuridad, en la Biblia, usualmente se usa como un símbolo del pecado, de la maldad, o de la ceguera espiritual, mientras que la luz usualmente es un símbolo de lo bueno, la santidad, o la salvación.


Este concepto de luz y oscuridad refleja una verdad que casi todos creemos, aunque sea de manera inconsciente: Lo malo se oculta, pero lo bueno no. Lo malo, en cierto sentido, causa vergüenza, pero lo bueno es algo digno de admirar. Esta asociación la podemos ver desde el principio de la Biblia. Génesis 3 nos dice que, cuando Adán y Eva pecaron, lo primero que hicieron fue darse cuenta de que estaban desnudos, e intentar cubrir su desnudez (v. 7). Luego, cuando escucharon la voz de Dios, “el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová” (v. 8). Esta historia nos demuestra una realidad profunda: el pecado es vergonzoso, en especial cuando es expuesto a la luz. Algo similar nos dice Juan sobre la reacción de los hombres ante la presencia de Jesús: “Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas” (Juan 3:20).


Y, por si aún les queda alguna duda de que esto sea el caso, las estadísticas consistentemente demuestran que la mayoría de los crímenes violentos ocurren de noche, mientras que los menos graves ocurren de día.


Sin embargo, esta idea de que lo malo, o el pecado, es algo vergonzoso que solo se debe de hacer en privado (en la oscuridad), ya no parece ser tan común, en especial cuando se trata de pecados de índole sexual. Es aquí donde conecto este tema de la luz y las tinieblas con el tema anterior. Lo que antes se hacía en privado, ahora se hace público. En el pasado, la comunidad LGBTTQ+ argumentaba que sólo querían poder vivir sus vidas en privado, sin miedo a ser discriminados, asesinados, etc. Hoy, quieren exponer lo que hacían en privado para que todos los tengan que ver, y que simplemente los aceptemos, porque de lo contrario, somos homofóbicos, transfóbicos, etc.


Pero, no quiero enfocarme en la comunidad LGBTTQ+, porque esto no es algo exclusivo de ellos. Tampoco lo que estoy describiendo es algo nuevo, sino que es algo que lleva ocurriendo desde hace mucho tiempo.


Hace alrededor de un año, un motel popular cerca de donde vivo hizo una remodelación de su fachada externa. Parte de esta remodelación incluye un mural en cemento de un hombre y una mujer. El mural no tiene color, con una sola excepción: una manzana. Como quizás podrán imaginar, el mural es de una mujer con una manzana en la mano, y un hombre estirando su brazo para coger la manzana. Esto es una clara referencia a la historia de Adán y Eva, la cual siempre se ha asociado con la manzana, a pesar de que la Biblia no menciona la fruta de la cual comieron. Por “casualidad,” el motel se llama El Edén, otra referencia a la historia de Adán y Eva. Pero, hay un problema: Bíblicamente, el Edén representa el paraíso; es el estado original que Dios creó. Pero, la manzana representa la Caída o el pecado original, por lo cual Adán y Eva fueron expulsados del Edén. El motel se llama El Edén, insinuando que, mientras estás ahí dentro, estás en el paraíso. Pero, el mural que pusieron en la entrada representa el pecado. ¿Qué nos están queriendo decir, entonces?


Para mí, es bien sencillo entender el mensaje, especialmente si entendemos el uso principal para el cual se usan los moteles en Puerto Rico. Lo que nos están diciendo con estos símbolos es, “Ven, forniquen, tengan relaciones sexuales aquí. Ese es el paraíso; el placer.” Esto va a la par con la interpretación de algunas personas sobre la Caída en Génesis 3: el pecado original era de índole sexual (según estas personas). Otros (no-creyentes, usualmente ateos) piensan que el héroe de esa historia fue satanás (la serpiente), mientras que el villano era Dios. Según estas personas, Dios intentó mantener a Adán y Eva en la ignorancia, pero satanás los libró, y por eso Dios los castigó.


No creo que tenga que explicar el por qué esta interpretación está completamente errada, pero tengo que enfatizarlo: Esta interpretación está completamente errada. Sin embargo, esta idea ha persistido, y la podemos ver plasmada indirectamente en el simbolismo y el nombre del motel que he mencionado, aquí. Pero, esto es solo un ejemplo. ¿Sabías que la palabra para la “fornicación” en la Biblia, por lo menos en el nuevo testamento, es pornea? La pornea incluye cualquier pecado de índole sexual, desde el sexo fuera del matrimonio, al adulterio, etc. Ahora, pensemos en cómo se les llama a los videos de personas teniendo relaciones sexuales: pornografía. Esta palabra, “pornografía,” sale de la palabra “pornea.” Es decir, ¡el nombre real de la pornografía es, literalmente, “pecado”! Cuando vemos pornografía, estamos viendo “pecado.” ¡No se está ni tan siquiera intentando ocultar esta realida! Pero, a pesar de esta realidad, alrededor del 77% de cristianos ven pornografía por lo menos una vez al mes.


Ahora vuelvo a los ejemplos que mencioné en el blog anterior. En esos ejemplos, vemos cómo ciertos artistas hacen canciones, videos musicales, y “shows” en vivo, promoviendo contenido altamente sexual y perverso. Pero, peor aún, se ponen gorras con cuernos, usan luces rojas, y hasta simulan tener relaciones sexuales con el mismo diablo. Esto sin hablar sobre los símbolos satánicos que usan en sus videos y “shows” en vivo.

Lo que estoy intentando explicar con todos estos ejemplos es que ya que el pecado no es algo que se hace en lo oculto, sino que es algo que se hace públicamente, sin vergüenza alguna. El satanismo en la música siempre ha existido, pero usualmente existe de forma simbólica y oculta. Hoy, lo estoy viendo más común promover el satanismo de forma explícita y clara, a tal punto de que no hay manera de no darse cuenta. Una cosa es taparse el ojo derecho, un símbolo masónico y posiblemente satánico (algo que muchos artistas hacen, probablemente por ignorancia, o por moda, y no porque son satánicos). Otra cosa es hacer un video musical simulando tener relaciones sexuales con el diablo. Para mí, queda claro que ya no están ni tan siquiera intentando ocultar la realidad de que estamos en una sociedad que está perdida en el pecado. El enemigo ha adquirido tanta confianza y tanta influencia en el mundo, que ya no tiene necesidad de mantenerse en las tinieblas: ahora juega en la luz.


Mientras tanto, ¿en dónde está la luz? Jesús nos dijo, “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en casa” (Mateo 5:14-15). Se supone que la luz no se esconda. Se supone que las tinieblas se avergüencen ante la verdadera luz (Jesús). Sin embargo, lo que estamos viendo es totalmente lo contario. Lo que estamos viendo es la luz mezclándose con las tinieblas. Lo que estamos viendo es la luz con miedo a ser identificados como luz, y las tinieblas ocupándose de su lugar. En otras palabras, vemos cristianos y cristianas apoyando estos artistas que promueven la oscuridad. Y, como les gusta estos artistas, o estos estilos de vida, no se atreven a denunciarlos. Mejor escondo la luz un poco, mantengo mi relación con Dios en privado, pero en público me comporto como las tinieblas para así no causar mucha controversia, no juzgar, etc.


Mientras pensaba en este tema, me vino a la mente otro pasaje que se presta para otro blog, pero lo voy a incorporar aquí. En algún momento, Jesús es acusado de sacar demonios y sanar a las personas por el poder de Beelzebú, “príncipe de los demonios” (Mateo 12:24). En respuesta, Jesús dice, “Todo reino dividido contra sí mismo, es asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá. Y si Satanás echa fuera a Satanás, contra sí mismo está dividido: ¿cómo, pues, permanecerá su reino?” (Mateo 12:25-26). En otras palabras, Jesús les estaba explicando que, si fuera cierto que Él estaba echando fuera demonios por el poder de otro demonio, esto sería evidencia de que el reino de satanás está dividido. Pero, si el reino estuviera dividido, no podrían poseer y atormentar a las personas como lo estaban haciendo.


El mensaje es sencillo: una casa dividida no puede perseverar; no tiene poder, influencia, etc. Ahora, yo les pregunto a los que me leen, cuando miramos el estado del mundo actual, ¿quién parece estar ganando? ¿No les parece como si el enemigo estuviera ganando? Sabemos que no es así, pero como mínimo podemos reconocer que el enemigo tiene mucha influencia en el mundo. ¿Qué quiere decir esto? Que claramente el reino de satanás no está dividido. Ellos están unidos, y por tal razón todavía tienen tanto poder e influencia en el mundo.


Ahora, ¿en dónde está la iglesia en todo esto? ¿Por qué no hemos logrado detener el avance del enemigo? ¿Por qué ya las tinieblas no se quedan en la oscuridad, sino que salen a la luz sin miedo alguno? Me parece que esto significa dos cosas. Primero, significa que la luz no se está comportando como luz; estamos en la oscuridad, escondiéndonos del mundo, y perdiendo nuestra influencia. Segundo, estamos divididos. Si estuviéramos unidos, no habría reino ni potestad que pueda prevalecer (Mateo 16:18).


Este escrito es un llamado, entonces, a volver a la luz, y a la unidad. Y, aclaro que estoy hablando desde mi perspectiva humana. Sabemos que, en el plano espiritual, todo está bajo el control de Dios. Sabemos que todo lo que ocurre es parte del plan de Dios, de alguna forma u otra. Todo lo que está ocurriendo ahora mismo, entonces, tiene que ocurrir, y no es justo decir que solamente está ocurriendo por nuestra culpa, como si nosotros fuéramos los que tenemos el poder para salvar al mundo, en vez de Dios. También reitero que, aunque el enemigo parece estar ganando en estos momentos, en realidad no lo está. Dios está obrando, aunque no lo veamos, y todo eventualmente obrará para bien, y Su plan perfecto de salvación para el mundo se cumplirá. Pero, de nuevo, hablo desde mi perspectiva humana. Y, desde esta perspectiva, la iglesia está fallando.


Tenemos que recordar a lo que fuimos llamados: ser luz. Esto implica predicar y vivir el evangelio con amor y autoridad. Pero, para esto también necesitamos mayor unidad. Estamos demasiados divididos, y se nota. No parecemos poder estar de acuerdo ni tan siquiera en el tema de la salvación. ¿Cómo podemos luchar en contra del pecado? ¿Cómo les mostramos al mundo un Dios unido (Padre, Hijo, Espíritu Santo), estando divididos entre nosotros? ¿Cómo mostramos un Dios de amor, si no podemos aprender a amarnos los unos a los otros?


Este escrito comenzó como un señalamiento de cómo la oscuridad ha salido a la luz. Pero, eso es de esperarse. El problema real que estoy señalando, ahora, es que la luz se ha movido a la oscuridad. Y, mientras sigamos ahí, el mundo seguirá rechazando a Cristo, y perdidos en pecado. Por amor a ellos, por amor a Dios, salgamos de la oscuridad. El mundo necesita a Cristo, la verdadera luz, y nosotros somos los que fuimos llamados a compartirlo.

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