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Dejemos de Adorar a Jesús

Manuel Boglio

Actualizado: 19 ene 2022


“Si quieres ser un buen cristiano, deja de adorar a Jesús.” Esas fueron las palabras del “reverendo” Brandan Robertson, una de las figuras más prominentes del cristianismo progresista, una versión del cristianismo que está comenzando a apoderarse de esta generación de cristianos. El cristianismo progresista está centrado en la inclusión, el respeto, y el amor al prójimo. Busca afirmar las enseñanzas de Jesús de una manera práctica, intentando transformar la tierra en un lugar de paz, justicia, e integridad. Según estas personas, esto es lo que Jesús vino a hacer en la tierra, y nosotros debemos de emular eso.

Todo esto se escucha bien bonito, en la superficie, pero cuando seguimos profundizando nos encontramos con un cristianismo que está dispuesto a sacrificar los fundamentos más esenciales de la Biblia, con el fin de tener una mejor vida, aquí, ahora. Por ejemplo, el cristianismo progresista rechaza la inerrancia de la Biblia, afirma que la Biblia tiene un sin-número de posibles interpretaciones o significados, y que las enseñanzas de Jesús son solo un camino, entre muchos, para llegar a la Verdad. También es típico que un cristiano progresista rechace la enseñanza de que Jesús murió como sustituto a nuestros pecados, ya que entienden que esto hace de Dios un Dios cruel, cuya ira solo puede ser saciada con sangre. Para algunos cristianos progresistas, Cristo murió, no para pagar por nuestros pecados, sino para transformar nuestras vidas (aquí, ahora), acercarnos a Dios, y enseñarnos el significado del amor.


Para el cristiano progresista, no es relevante si algo es verdad o no; lo que importa es si es útil para transformar nuestras vidas de manera positiva. Por tal razón, ellos no se interesan por debatir si Cristo existió, o no, si de verdad resucitó, o no, si la Biblia es Palabra de Dios, o no, etc. Nada de esto importa, según ellos, sino lo que importa es cómo estas historias nos ayudan a acercarnos a Dios y transformar nuestras vidas.

Todo esto, para mí, es increíblemente preocupante. Y, lo más preocupante de todo es lo atractivo que es para muchos. Últimamente, he notado ciertas tendencias en las iglesias que parecen estar inclinándose hacia el cristianismo progresista, quizás sin darse cuenta. Por ejemplo, es bastante común entre académicos cristianos (seminarios de divinidad, por ejemplo, los cuales usualmente son requisito para poder ser pastor u alguna otra posición de autoridad en la iglesia) rechazar la inerrancia de la Biblia. Para los que no saben, inerrancia significa “libre de errores,” o “verdad en todo lo que afirma.” El argumento a favor de la inerrancia de la Biblia es que la Biblia es Palabra de Dios; Dios no miente ni comete errores; por lo tanto, la Biblia no puede mentir o cometer errores. Pero, la Biblia fue escrita por seres humanos. Así, que, el argumento en contra de la inerrancia es que los seres humanos son imperfectos; todo lo que hacen es imperfecto; por lo tanto, la Biblia es imperfecta.


Estoy tentado en defender la inerrancia de la Biblia, mostrando cuán absurdo es el argumento en su contra, pero basta con decir lo siguiente. Si la Biblia contiene errores, ¿cómo podemos confiar en ella? Similarmente, si la Biblia tiene un sin-número de posibles interpretaciones, ¿cómo sabemos cuál es la correcta? Me podrás dar ciertas herramientas y técnicas para interpretar la Biblia “correctamente” (la hermenéutica), pero al final del día, si la Biblia está abierta a una infinidad de interpretaciones, no puedes usar esas herramientas para limitarlas. Más importante aún, ¿quién estableció esos criterios de hermenéutica? Claramente, no fue Dios. Así, que, si fueron otros seres humanos, ¿cómo podemos confiar en ellos, si todo lo que hacen los seres humanos es imperfecto?


Esto es un gran problema para el que quiera usar la Biblia para cualquier enseñanza, o atribuirle a la Biblia cualquier sentido de autoridad. De hecho, es precisamente el hecho de que la Biblia contiene supuestas contradicciones y errores que muchas personas pierden su fe. Y, ¿ahora el cristiano quiere afirmar precisamente lo que causó la pérdida de fe en otros? Muchos ateos usan los supuestos errores de la Biblia para argumentar que el cristianismo es falso. ¿Queremos nosotros, también, afirmar que la Biblia tiene errores? Bueno, si el fin de todo solo es mejorar nuestras vidas, aquí y ahora, pues quizás podemos afirmar tales cosas sin mucho problema. Pero, si el fin es que las personas crean en Cristo como su salvador, se arrepientan de sus pecados, y sean salvos, no podemos hacer tales afirmaciones.


El cristianismo progresista está infiltrando nuestras iglesias, y no estamos preparados para identificarlo ni refutarlo. Si esto es lo que se enseña a nivel seminario, creando pastores y líderes que rechazan los fundamentos básicos del cristianismo, ¡ay de sus congregaciones!


Pero, el problema no se queda aquí. El cristianismo progresista sigue evolucionando, y sus enseñanzas poco a poco van retando lo que, por miles de años, la iglesia ha afirmado como verdad. Al inicio, el cristianismo progresista lo que promovía era el liberalismo (el pecado). Con el tiempo, fue acaparando la comunidad LGBTTQ+, promoviendo la inclusividad, el amor, y el respeto. Ahora, está retando hasta las doctrinas más esenciales del cristianismo, como las mencionadas, anteriormente. Y, para demostrar que nada está fuera de su alcance, ahora hay cristianos progresistas retando la naturaleza divina de Jesús.


Intenté conseguir el video original de Brandan Robertson, pero lo único que pude conseguir fueron videos de personas reaccionando al video original. No es la primera vez que me ocurre, con él. He visto, ya, varios videos de Brandan, sumamente controversiales y peligrosos, pero cuando quiero conseguir el video para mostrarle a otros, por alguna razón desaparece. Quizás es que sus videos son tantos que es fácil de perder uno en particular. Quizás es que los borra para que nadie pueda usarlo en su contra en el futuro. Quizás es que soy malo buscando. Sea cual sea la razón, no pude conseguir el video exacto. Pero, si buscas en Google “Stop worshipping Jesus” (deja de adorar a Jesús), salen muchos artículos, mayormente de cristianos progresistas, haciendo esta afirmación. Escogí el más reciente que pude conseguir, escrito por un tal Keith Giles, como punta de lanza a mi argumento principal.


Cabe notar que lo que Keith está diciendo en este artículo no es tan controversial como las palabras de Brandan, pero siguen siendo peligrosas. En el caso de Brandan, él está rechazando la naturaleza divina de Jesús, la cual amerita ser adorada. En el caso de Keith, lo que parece estar diciendo es que los cristianos modernos quieren adorar a Jesús, pero no quieren obedecer Sus mandamientos. Y, culmina diciendo que la verdadera adoración es la obediencia.

Sin embargo, aunque entiendo su mensaje general, la manera en que lo presenta se presta para mucha confusión y conclusiones erróneas. Por tal razón he escogido su artículo para mi respuesta, pero deben recordar que la posición principal que estoy intentando refutar es esta idea de que Jesús no es Dios, o que no se debe de adorar.


El artículo de Keith comienza diciendo que, en los evangelios, Jesús siempre huía de la adoración, y que no permitía que las personas le adorasen. Como ejemplo de esto cita a Juan 6:15, el cual dice que, luego de haber alimentado milagrosamente a cinco mil personas, las personas buscaban a Jesús para hacerle rey. El verso 15 dice, “Pero entendiendo Jesús que iban a venir para apoderarse de él y hacerle rey, volvió a retirarse al monte él solo.” Este verso, ¿muestra que Jesús no permitía la adoración? Para nada. En el pasaje están ocurriendo varias cosas, la más importante siendo que, para el tiempo de Jesús, los judíos tenían un concepto erróneo del Mesías, dentro de lo cual incluía que el Mesías sería un rey político. Hablo más sobre esto en otro artículo, para los que le interesen. Es esta coronación, centrada en un concepto erróneo del Mesías, que Jesús estaba rechazando. ¿Cómo lo sabemos? Porque Jesús aceptó la adoración en más de una ocasión.


Mateo 14:33 nos dice que, luego de haber andado sobre el agua, y permitido, temporeramente, que Pedro hiciera lo mismo, “Los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.” Similarmente, Mateo 28:9 nos dice que, luego de la resurrección de Cristo, las mujeres se encontraron con Jesús, “Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron.” Otro ejemplo clave se encuentra en Juan 9:38, en el cual, luego de que Jesús se revelara como el Hijo de Dios, un hombre, al cual Jesús había sanado de ceguera varios versos antes, dijo, “Creo, Señor; y le adoró.”


Lo importante de estos ejemplos es que, en ninguno de ellos, Jesús rechazó la adoración, ni la impidió, ni corrigió a los que se postraban y lo adoraban. Podemos contrastar esto con Apocalipsis 22:8-9, en el cual Juan intenta postrase y adorar a un ángel, y el ángel le responde, “Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.”

En este pasaje, el ángel no solo está rechazando la adoración y corrigiendo a Juan por querer adorarle, sino que afirma, en esencia, que la adoración debe ser exclusivamente para Dios. La Biblia nos dice esto, una y otra vez, y por estas razones es tan sorprendente que un “mero ser humano” como Jesús se atreviera a aceptar la adoración de la gente. Pero, algunos intentan argumentar que la palabra que se usa en estos pasajes, proskyneo, no necesariamente significa “adoración,” sino que simplemente significa “postrarte en reverencia.” Sin embargo, esta misma palabra es usada en referencia a la adoración hacia Dios en Juan 4:20, Hebreos 11:21, y Apocalipsis 11:16, entre otros pasajes. Por lo tanto, no cabe duda alguna que, en los pasajes citados arriba, Jesús está siendo adorado de la misma forma en que Dios es adorado, lo cual dice mucho sobre quién Él creía ser, y quién los autores de la Biblia creían que era (era Dios).


La premisa principal detrás del argumento de Keith y de otros, entonces, queda demostrada completamente falsa. Jesús claramente aceptó la adoración en más de una ocasión, y esto implica que Jesús creía ser Dios. Sin embargo, como mencioné arriba, el mensaje central del artículo de Keith no es que Jesús no es digno de adorar, sino que los cristianos modernos quieren adorar, pero no quieren obedecer los mandamientos de Jesús. Nos pregunta, “¿qué tal si adorar a Jesús es simplemente otra manera de evitar hacerle caso a Jesús?” Esta pregunta crea una falsa dicotomía entre la adoración y la obediencia, lo cual no es bíblico. De hecho, Keith mismo reconoce esto al final del artículo. ¿Por qué, entonces, creas esa falsa dicotomía? Hubiera sido más efectivo simplemente decir que parte de la verdadera adoración es la obediencia, ya que la verdadera adoración es aquella que hacemos con nuestras vidas (Romanos 12:1). En otras palabras, no podemos adorar a Dios completamente, si no estamos siendo obedientes.


Como expliqué arriba, Brandan y otros cristianos progresistas (o no-creyentes) llevan esta posición a los extremos, rechazando la naturaleza divina de Jesús, o enseñando que no debemos de adorarle. Esto raya en la blasfemia, y no sería tan preocupante si no se estuviera comenzando a regar dentro de la iglesia. Hace poco leí a un cristiano, pastor de muchos años, afirmar que Jesús pecó. No estoy hablando de un cristiano “falso,” o un cristiano progresista, miembro de alguna secta, etc. Estoy hablando de alguien que afirma el cristianismo ortodoxo tradicional, que lleva básicamente toda su vida en la iglesia. Esto es sumamente peligroso. ¿Acaso no entendemos las implicaciones de tal afirmación? Si Jesús pecó, ¿cómo puede ser el sacrificio perfecto para nuestros pecados? ¿Cómo puede ser Dios? Y, ¿qué hacemos con los pasajes que afirman Su perfección (2 Corintios 5:21)? Pues, sencillamente, rechazamos que Jesús murió como sustituto nuestro por nuestros pecados, afirmamos Su humanidad, y rechazamos la inerrancia de la Biblia. ¿Ya van entendiendo cómo todas estas enseñanzas van ligadas, y cómo nos llevan al cristianismo progresista, sin darnos cuenta?


Una de las cosas que más me entristece de esta realidad es que, por lo que puedo observar, muy pocas personas están al tanto sobre lo que está pasando. Muy pocas personas conocen lo suficiente de la Palabra como para poder identificar estas falsas doctrinas, y muy pocas personas saben cómo refutar o corregirlas. Más triste, aún, he visto que muy pocas personas les interese. No entiendo cómo alguien puede distorsionar el evangelio de tal forma que raya en la blasfemia, y que nosotros no sintamos ningún redarguyo en nuestro corazón, ni ningún deseo por levantarse y defender la sana doctrina. ¿Estamos dormidos? ¿Nos hemos enfriado tanto que no sabemos ni distinguir la mentira de la verdad? O, ¿seré yo un fanático extremista, producto de una tradición anticuada, en necesidad de ser reformado? Esta última es la posición de los cristianos progresistas. Y, temo que, con el tiempo, será la perspectiva de la mayoría.


Por ahora, solo puedo seguir intentando abrir ojos. Pero, al final del día, tu decides qué hacer con esta información. Que sea Dios guiando nuestros pasos.

 
 
 

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